Lexie peinaba sus cabellos mientras se miraba al espejo asegurándose de que
su maquillaje estuviera en su lugar. Retoco el lápiz labial y arreglo su
portaligas. Sonreía satisfecha pensando que el ultimo cliente había sido fácil,
estúpido y muy rico. Pero los jóvenes eran así, vivían el hoy, acelerados.
Pagaban por un chute de adrenalina que los transportara lo mas rápido a
"felizlandia" y poco les importaban las sensaciones o los métodos. Lo
querían todo, y lo que querían ya. Y por supuesto Lexie siempre dejaba satisfecho
a un cliente, aun si eso implicaba una simple felación de veinte minutos. Era reconocida
como Lexie Red la veloz, y esa reputación había que mantenerla. Para
despejarse un rato, había optado por salir a vigilar un poco a las tres nuevas chicas,
que esa tarde madame Monique había seleccionado. Era su tarea como trainer de
las nuevas, asegurarse que no cometieran ningún error, y los echaría un ojo
hasta que el próximo cliente apareciera
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