...Ella empieza a sudar, necesita la liberación y llevo mucho tiempo impidiendosela. Le digo que puede acabar, que tiene mi permiso y en un alarido de placer ella empapa mi mano que tengo hundida en su centro. Sigo un poco mas con mis movimientos circulares y la llevo hasta el final. Practicamente la dejo seca. Una vez que toda la tormenta de sensaciones pasa, le suelto las manos y
los tobillos, acaricio su pelo y le digo "buena chica". La levanto en
mis brazos y la acuesto en su cama, arrullándola hasta que se queda dormida. La
tapo con una manta y me dirijo al baño. Me lavo las manos y la cara varias veces
con agua fría. Necesito despejarme pero se que el recuerdo de ella sigue
grabado en mi mente y en mi corazón, y que en cada sesión que practique volverá
para atormentarme...
El teléfono empieza a sonar, sacando a Thomas de si ensoñación. El amo toma
el identificador en sus manos antes de atender y coloca sus ojos en blanco
antes de contestar. De seguro esta vez Jack, el encargado de los ingresos y
solicitudes para asociarse, llamaba con alguna novedad sobre algún nuevo
miembro para el club.
-¿Si? Ok Jack, está bien, dile a una de las chicas que lo escolte hasta aquí.
Bien. Adiós
Al colgar el teléfono, Thomas se llevo dos dedos al puente de su nariz. Estaba
con jaquecas otra vez, y encima ahora le tocaría lidiar con el misterioso Amo. Hacía
tiempo que no se sabía nada del sujeto, pensó, desde la época donde Thomas aun
era un aprendiz. El siempre había tenido una excelente reputación como uno de
los mejores es su desempeño, y luego se había conseguido a esa sumisa, que lo seguía
como su sombra ¿habría dejado a semejante
joya en libertad? Se pregunto a sí mismo. Pasara lo que pasase, eso sería
una de las cosas que averiguaría
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